De nuevo los Cautoceugos nos ponemos en marcha: Francesc y Alejandro nos vamos a los despeñaderos rocosos llamados Cingles de Bertí, al lado del pueblo de Riells del Fai y pasaremos por el monasterio de Sant Miquel del Fai que a día de hoy continúa cerrado.
Empezamos en Riells del Fai.
En la entrada, cerca de una parada de autobuses, nos encontramos con un cartel indicador y un mapa de la zona. Hay que seguir el cartel que nos indica el camino de la Madella, teniendo a mano izquierda el rio Tenes. La temperatura a las 8,45 de la mañana es de -2 grados, los campos están blancos y el sol todavía no quiere salir.
Al principio es un camino ancho y pasa cerca de varias masías, hasta llegar a un indicador que nos señala el camino a Sant Miquel del Fai a nuestra derecha.
Empieza la ascensión. El camino se va estrechando, vamos poco a poco remontando el río. A nuestra izquierda vemos una antigua central eléctrica y a continuación nos encontramos con una gran encina.
Las vistas del salto del Tenes son espectaculares. A partir de aquí nos encontramos con un tramo empedrado y unas escaleras que nos conducen a Sant Miquel del Fai.
El monasterio de Sant Miquel del Fai data del siglo X. Está situado en una balma de los llamados despeñaderos rocosos de los Cingles de Bertí. Era un lugar de culto que en su momento estuvo habitado por monjes benedictinos. En 1835 fue expoliado y vendido a manos particulares.
Nosotros continuamos con la ruta. Subimos al parking y pasamos el puente del Rossinyol. A nuestra derecha y cruzando el río hay una señal que pone GR Sant Pere de Bertí., por aquí continuamos.
Una dura subida nos conduce a lo alto del Cingle de Bertí. Las vistas son extraordinarias.
Durante unos 5 kilómetros andamos por el borde de la Cinglera entre caminos muy estrechos llenos de laureles y romeros. A lo lejos divisamos una masía denominada l´ullar.
Aquí nos paramos a comer y viendo la hora que era decidimos empezar a bajar.
A la vuelta nos encontramos con una pareja de excursionistas que también hacían el descenso.
Sus caracteres alegres y divertidos, con muchas excursiones en sus espaldas, y una juventud prometedora nos hacen pensar que las próximas generaciones de montañistas están aseguradas. Francesc y Alejandro os mandan un saludo y que nunca perdáis la magia de la montaña.
En el camino hay un montón de piedras a mano derecha que nos señalan el sendero de bajada.
Es un sendero estrecho y muy empinado pero poco a poco y con precaución nos descubre las espectaculares rocas del Grauet de l´Ullar.
A medida que vamos descendiendo nos encontramos con montículos de piedra que nos indican el camino a seguir aunque algunos nos costará encontrarlos. Pero esto es la aventura y poco a poco entre rocas impresionantes y sendas desdibujadas, llegamos al camino principal. A un kilómetro del pueblo casi a la misma altura del desvío hacia Sant Miquel del Fai.
La vuelta como siempre algo cansados pero preparando la próxima salida.