D e nuevo los Cautoceugos nos ponemos en marcha. Continuamos a la búsqueda de las ermitas de Montserrat .Empezamos esta tercera parte con un compañero nuevo. Se llama Germán y es otro 4×4 en todos los terrenos. Bienvenido Germán.
En esta ocasión solo hemos podido hacer dos ermitas, la de Sant Jeroni y la de Sant Antoni. La primera es muy fácil el camino. Los fines de semana se pone de gente como las ramblas. Pero la segunda ha sido la más complicada hasta ahora. Nos ha llevado 5 horas.
Son las 8,20, estamos a un grado y no hay nadie en la plaza. Empezamos la ascensión, como siempre por la escalera de los pobres. Llegamos a continuación al “Pla dels ocells”.
Continuamos por un frondoso bosque hasta el camino que nos une con el de Sant Jeroni que viene desde la estación del funicular de Sant Joan.
Continuamos y en una hora y treinta minutos llegamos a nuestra primera ermita: la de Sant Jeroni. Hasta aquí todo bien.
A continuación nos dirigimos a Sant Antoni. Según algunas páginas web está al lado de Sant Jeroni, otras un poco más lejos. En realidad está bastante más lejos y como en una página web pone” es un nido de águilas enfrente del Cavall Bernat”y con cabra incluida
Nuestro compañero Francesc la situaba en la “Paret dels Diables” y yo mucho antes a la salida de Sant Jeroni. Él tenía razón.
Vamos a dar cuenta de su ubicación verdadera pero no exacta porque creemos que poner las cosas fáciles no despierta los sentidos, no se aprecian las cosas y no se valoran en su justa medida.
Volviendo de la ermita de Sant Jeroni, cogemos la primera salida a mano izquierda que nos conduce al Pla dels ocells. A 200 metros nos encontramos a mano izquierda un sendero estrecho señalado por un montón de piedras o fita, lo cogemos y empezamos a ascender. Más adelante nos encontramos con unas marcas amarillas, hay que seguirlas.
A lo largo del camino nos encontraremos con 4 montones de piedras o fitas los cuales nos señalan un sendero a nuestra izquierda. Uno de estos senderos nos lleva a Sant Antoni. Todos son de una muy fuerte subida. Hay que tomárselos con calma.
Al final obtienes el premio, Sant Antoni.
Una ermita espectacular, la mejor de todas.
Sus vistas son fantásticas. Un magnífico refugio de alta montaña.
Tiene un pozo de agua cristalina y dos estancias con un poco de suelo de madera y dos grandes ventanales con una chimenea al lado.
Con el dedo podíamos tocar el cielo. Allí nos paramos a comer y parecía que el tiempo se hubiera detenido.
No teníamos ganas de volver pero el sol se nos escapaba por detrás del Cavall Bernat, así que decidimos volver a la realidad.
Nos quedaban dos horas hasta el coche.
Nos quedan dos ermitas más, así que pronto volveremos.
S’acostuma a dir que quan més et costa de aconseguir fer una cosa, més l’aprecies. Tota la
raó. I, si aixó li sumes l’espectacular de les vistes, la dificultat per a trobar alguna ermita com
la de St. Antoni; de la que t’enamora la seva construcció, l’indret damunt d’una terrassa amb
vistes al Llobregat i la seva conca….faltarien paraules per a descriure el momentent de la
descuberta.