De nuevo los Cautoceugos nos ponemos en marcha, Francesc y Alejandro. Esta vez nos acompaña un nuevo compañero , se llama David y ha estado en las cumbres más altas de los Alpes. Un 4X4 todo terreno.
Nos vamos otra vez a Montserrat para terminar las ermitas .En esta última etapa nos faltaban las ermitas de Sant Jaume y Sant Martí. (Son las más difíciles, hay que estar un poco en forma e ir equipados. No va nada mal llevar unas cuerdas. Hay tramos complicados y con unas simples cuerdas de 90 metros te ayudan a descender por las canales).
Para llegar a ellas tenemos que pasar por Sant Miquel, Sant Joan, Sant Onofre y Santa Magdalena. Estas ya las hemos visitado en las anteriores etapas.
Son las 8,45 de la mañana, el día está con algunas nubes y tenemos una temperatura de 1 grado positivo. Nos dirigimos a la estación del funicular de Sant Joan y allí empezamos con la típica subida.
Pasamos primero por la Cruz de Sant Miquel, a continuación su ermita y poco a poco llegamos a la estación de Sant Juan.
Luego cogemos el camino a nuestra izquierda.
Un poco más adelante levantando la vista observamos donde se encuentra la ermita.
Continuamos y antes de llegar la cuarta curva nos sale a nuestra derecha un camino de subida con un par de escalones de piedra apenas visibles.
Nos adentramos por el camino algo resbaladizo pero fácil. Llegamos delante de una pared y arriba nos encontramos con el muro principal de la ermita de Sant Joan.
Esta ermita se encuentra en el lado derecho de la Gorra marinera.
Con buen tiempo es fácil subir, siempre que lleves un buen calzado, de otra manera si ha llovido no lo intentéis ya que la piedra es muy resbaladiza y es en este momento cuando hay que utilizar las cuerdas, más para bajar que para subir.
En el tramo final hay una especie de escalones a mano izquierda que nos hace más fácil la subida.
Una vez arriba las vistas son extraordinarias.Nos encontramos con los restos de la ermita, unos pozos de agua y una cueva en la misma balma de la pared.
Para bajar tuvimos que utilizar las cuerdas.
La humedad y el frio hacia que la pared fuera muy resbaladiza. Gracias a nuestro compañero Francesc que siempre lleva unas cuerdas, hicimos una bajada más tranquila y menos peligrosa.
Salimos a la carretera y continuamos dirección Sant Joan, luego Sant Onofre, con unas vistas espectaculares y nos dirigimos a la ermita de Santa Magdalena.
Aquí solamente quedan los restos de unos muros y un pozo de agua.
Continuamos subiendo en dirección a la Magdalena superior y donde se encuentran ésta con el Gorro Frigi buscamos a mano izquierda un canal que nos conduce a la ermita de Sant Marti y con el permiso de un rebaño de cabras que nos impedían el paso empezamos a descender.
La canal es un poco complicada pero poco a poco se llega. Hay que ir bordeando la pared del Gorro Frigi.
La ermita es extraordinaria.
Está muy bien cuidada.
En ella habitaba hasta hace unos días una ermitaña existencialista. Cada año se pasa un mes o dos en ella. Las vistas son maravillosas.
La paz que trasmite estos lugares no se puede escribir, hay que ir para sentirla.
Después de comer nos pusimos en marcha para la vuelta. Habíamos conseguido nuestro reto. Hemos encontrado las 16 ermitas de Montserrat. Nos ha costado lo nuestro, pero nos vamos muy contentos y con otro reto: volver para hacerlas en un día.
Encara estic flipant de totes les vistes i recons que vem gaudir de aquesta zona de
Montserrat. Bellesa, aventura, mística… Molt recomenable!!!