Los Cautoceugos continuamos estando en la Serranía de Cuenca. Nos ponemos en marcha Isabel, Gaspar, Alejandro y Byron. Nos vamos al Estrecho del Infierno. Es un lugar con mucha historia de los 4×4, un paraíso de los off-road. Pero también es el lugar donde nace el río Júcar
De Cuenca nos vamos a Tragacete y de allí cogemos una estrecha carretera hasta el albergue de San Blas (todo está muy bien indicado). Continuamos un kilómetro más de carretera y llegamos a un pequeño parking donde dejaremos el coche.
Aquí empieza nuestra ruta. Aproximadamente entre ida y vuelta son unos 11 kilómetros pero con una dificultad baja.
Cogemos el sendero de tierra y nos adentramos por grandes bosques de pinos centenarios.
Poco a poco vamos ascendiendo hasta llegar a un llano con señalizaciones.
Continuamos a mano derecha pero esta vez vamos paralelos al río Júcar que baja con bastante caudal.
Por fin llegamos al estrecho del infierno.
Aquí hago un inciso porque mis recuerdos han venido a mi mente de muchos años atrás ya que esta zona era conocida por los 4×4 como las rutas de Lucifer. Era todo un reto pasar con un 4×4 el estrecho. El caso es que, frente al Estrecho del Infierno, en plena Serranía de Cuenca, al borde de los Montes Universales, el río Júcar reta a los más capaces sobre un 4×4. Las carrocerías se rallaban, se doblaban y los faros se rompían. El Júcar hacía resbalar las ruedas de los coches en las rocas y el olor a goma quemada era irrespirable. Cuando un coche pasaba todos aplaudíamos y cuando uno se quedaba, entre todos lo sacábamos. Era todo un reto deportivo pasarlo. Volviendo a la realidad hoy en día hay unos carteles prohibiendo el paso a los coches y motos.
Nos adentramos poco a poco por el estrecho, pisando el leve caudal del Júcar.
Entre angostas paredes calizas, buscamos los manantiales. Atravesamos todo el estrecho y buscamos en la zona de los ojos de Valdeminguete (donde se encuentra oficialmente el nacimiento del río Júcar) a 1700 metros de altitud.
Pero dependiendo de la época del año y la ausencia de precipitaciones, sus aguas pueden comenzar a emerger más abajo. Este año en la misma entrada del estrecho se oían los manantiales de agua brotar del suelo. Sin embargo la espesa vegetación nos impedía verlos.
(El Júcar tiene una longitud de 502 km, atraviesa las provincias de Cuenca, Albacete y Valencia, y desemboca en Cullera en el mar Mediterráneo. Antiguamente era conocido como Sucro por los romanos. Nace a 1.700 metros, en la vertiente meridional del cerro de San Felipe (Montes Universales) en el paraje conocido como los Ojos de Valdeminguete.
Después de un buen almuerzo y con Byron chapoteando todo el rato dentro del río con el agua helada nos pusimos a hablar de nuestra próxima salida.
Un excelente relato de una excursión fantástica en familia, en un entorno natural idílico para desconectar del estrés diario y conectar con la naturaleza.